OBJETIVOS DE LA FUNDACIÓN CAJAMURCIA La Fundación Cajamurcia es una organización sin ánimo de lucro que quiere impulsar, de manera eficiente, el desarrollo social y cultural, además de ofrecer soluciones útiles a necesidades presentes y futuras de la sociedad. La Fundación Cajamurcia se basa en el espíritu de solidaridad y un concepto de cultura entendido como el conjunto de conocimientos y valores en las artes, las ciencias, la tecnología, el patrimonio y el medio ambiente. Realiza proyectos propios y fomenta, con otras instituciones, asociaciones y colaboradores, iniciativas de calidad que tengan una repercusión tanto en su propio ámbito de actuación, como a nivel nacional e internacional. Desde una perspectiva de responsabilidad social, Cajamurcia se compromete, de esta manera, a devolver a la sociedad los beneficios obtenidos en su actividad financiera. La Fundación Cajamurcia se guía en su labor como institución por una serie de directrices que orientan su actividad: * Ser una organización abierta y accesible a toda la sociedad. * Conocer las demandas actuales de la sociedad, ser receptiva a los cambios sociales y anticiparse a las necesidades futuras, ofreciendo las mejores soluciones a través de la excelencia. * Dar continuidad a las actividades y proyectos impulsados mediante su seguimiento y evaluación. De acuerdo con esta filosofía, la Fundación CajaMurcia trabaja en la consecución de los siguientes objetivos principales: * Fomentar el desarrollo de una identidad regional en la Sociedad. * Aumentar la calidad en todos los ámbitos de la vida social. * Contribuir a crear un ambiente de innovación en la los territorios donde la caja está implantada. * Sensibilizar para el cambio social y fomentar la cohesión social. Las cajas de ahorros provienen de los Montes de Piedad creados por los franciscanos en la Italia del siglo XV. Mediante la concesión de préstamos sin interés o con un interés muy bajo, frenaron la usura, tomando como garantía alguna prenda que quedaba empeñada. Entre las fuentes de financiación destacaban legados, limosnas y depósitos gratuitos o remunerados, anticipándose, así, a la operatoria más genuina de las Cajas de Ahorros. En España, los Montes de Piedad tienen un doble origen: institucional autóctono, que se inicia con las arcas de Limosna de Castilla; y otro de influencia italiana: fundación del Monte de Piedad de Madrid por el Padre Piquer, en 1702, que serviría de modelo a los de Salamanca, Zaragoza, Granada, Barcelona... y al de Murcia, fundado en 1720 por el Cardenal Belluga. Descendientes de estas iniciativas que combaten la usura, nacen las Cajas de Ahorros, en el centro de Europa, en el siglo XVIII, cuando un feudalismo debilitado va cediendo bajo la presión del capitalismo. Las cajas españolas surgen de manera tardía debido a las inestabilidades política y económica propias de una guerra como la de Independencia. Los primeros proyectos de creación de Cajas de Ahorros se sitúan en Valencia (1832), Jerez de la Frontera (1834) y Barcelona (1835). Pero es Madrid la primera Caja de Ahorros que se crea en España, por la iniciativa de la Real Sociedad Económica de Amigos del País (1838). La Caja de Ahorros de Murcia fue fundada en 1965.