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Iglesia de San Sebastián de Ricote
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Descripción
Iglesia Barroca de San Sebastián de Ricote
Iglesia construida durante el primer tercio del siglo XVIII, según las más sobrias normas del barroco murciano y costeada a expensas de la Orden de Santiago, cuya presencia en simbología es constante. Conformada exteriormente como una estructura de cruz latina, el interior responde al tipo basilical, dividiéndose en las tres naves habituales, con ábside y crucero sobre el que se eleva la cúpula.
La fachada principal cuenta con una portada barroca de gran sencillez, rematada por una hormacina con la imagen del santo titular y, a ambos lados, dos ventanales de no muy grandes proporciones. Cuenta también el edificio con una torre de tres cuerpos, separados por cornisas de piedra.
La Iglesia Parroquial de San Sebastián de Ricote cuenta con un Órgano Historico
Ubicación: Sobre pequeña tribuna en el coro y lado de la Epístola. Estilo y cronología: Barroco, Siglo XVIII (1743). Autor: José Meseguer.
Descripción: Órgano con una caja de estilo barroco rural, de madera de pino, adosada al muro, sin trasera ni techo.
El mueble está policromado y dorado y su acceso es a través de una puerta situada detrás del órgano, en una habitación adjunta.
El mueble tiene cinco castillos, con los tres centrales dobles en altura.
Los tres castillos centrales superiores están ornamentados con tubos canónigos. Dispone de dos registros de lengüetería en fachada, con disposición cromática.
Dimensiones: 5'70 m. de altura. 3'02 de ancho y 1'40 de profundidad.
Reseña histórico-artística: Fue construido bajo los auspicios y mecenazgo de la familia local de "los Llamas", por el maestro José Meseguer, quien dejó su firma en lugar bien visible de la caja, en inscripción latina.
Junto al de Alguazas es uno de los más antiguos conservados en la Región de Murcia y es un claro representante la organería española rural del s. XVIII.
Asimismo, hay que remarcar que este órgano es quizás el que ha conservado una mayor parte de la cañutería original, lo que aumenta aún más el valor histórico artístico del mismo. Por el estudio tanto de la fuellería como de la disposición de los registros del secreto, se ha comprobado que sufrio una reforma en el S. XIX, adaptándolo a las modas del momento.
