Al descubrir la armonía que necesita cualquiera de los sistemas ecológicos que nos rodean, comprendemos el funcionamiento de la Naturaleza.
El Centro nos da la bienvenida a las tierras altas del Noroeste murciano, desplegando la riqueza natural de las 200.000 hectáreas que forman la comarca, repartidas entre Caravaca, Moratalla, Cehegín, Calasparra y Bullas.
Nos cuenta cómo se abre paso la vida en la dureza de la alta montaña o en agrestes paisajes de piedra y roca donde sólo sobreviven los organismos más adaptados.
Nos trasladamos a condiciones más amables y percibimos la animada existencia que bulle en el bosque, en la ribera del río, e incluso bajo los campos de cultivos.
La Sala de los Arcos se ocupa de la historia y las tradiciones de Caravaca, destacando el uso agrícola de la tierra al mostrarnos aperos de labranza y sistemas de cultivo.
A través de módulos interactivos se realiza un recorrido por la flora y fauna local que nos introduce en una de sus mayores bellezas, el paraje de las Fuentes del Marqués, ya citado por el geógrafo árabe Al-Himyarí en los siglos XIII-XIV.
Son los manantiales que nacen en la finca los que han dibujado un hermoso paisaje de foresta generosa y cursos de agua que el hombre ha ido canalizando para su aprovechamiento.
Entramos a una gruta que reproduce dos ambientes distintos: caprichosas formaciones de estalactitas y estalagmitas y una muestra del uso humano más primitivo: la cueva como espacio donde habitar y guarecerse.
La Sala de los Secretos nos sorprende con unos curiosos efectos y sensaciones.
Nuestras voces traducidas en ondas sonoras se propagan a través de su bóveda enyesada, siendo perceptibles para el oído si escuchamos con atención apegando la tez a las pechinas de la bóveda.
Dos audiovisuales simultáneos complementan el entendimiento y la comprensión del paisaje y la naturaleza de las Fuentes.
En el lateral de la torre encontramos los restos arquitectónicos de una ermita semirupestre con cabecera en forma de cruz griega y arranques de bóvedas de arista. Esta vieja capilla constituía, junto a la torre, el eje de una importante hacienda agraria que también contaba con casas para los labradores, bodegas, corrales para el ganado, molinos y almacenes.
La última visita es al Altillo donde nos esperan los árboles, los seres vivos más antiguos de la Tierra, fuertes y longevos.
Estamos en una comarca muy forestal poblada de pino carrasco, olmo, chopo, plátano y encina.
Nos detenemos a pensar cómo el árbol acoge otros y ofrece vida aparte de tener la suya propia. Cumplen una función crucial en el equilibrio atmosférico e influyen en la subsistencia de muchos seres, incluidos nosotros. Sean esbeltos o gruesos, torcidos o rectos, el árbol desprende sentimiento y energía.