Semana Santa de San Pedro del Pinatar
San Pedro del Pinatar
Descripción
SEMANA SANTA DE SAN PEDRO DEL PINATAR EN EL MAR MENOR 2011
Declarada de interés turístico regional desde 1993
El Mar Menor celebra su Semana Santa con procesiones de sabor marinero en la pedanía costera de Lo Pagán y en San Pedro del Pinatar.
Antes de 1951 era un acto de participación espontánea del pueblo. Por la mañana tenían lugar los usos litúrgicos de la época y por la tarde el pueblo acudía a pasear a hombros las imágenes de la Pasión, que según sus devociones, se agrupaban en torno al trono de su preferencia.
Fue a partir de este año cuando empiezan a constituirse las Cofradías. La pionera fue la de San Juan Evangelista, formada por un grupo juvenil. Al mismo tiempo otro grupo constituía la del Santo Sepulcro. Más tarde siguieron otras, como la Virgen de los Dolores y Jesús Nazareno.
En la actualidad son muchos los pinatarenses de todas las edades que participan en estas procesiones, y es que estas festividades populares están representadas y vividas por el pueblo y para el pueblo.
La semana empieza con el Domingo de Ramos, en el que tiene lugar la procesión de las Palmas.
El Martes Santo, en la Procesión del Prendimiento, participan los pasos de la "Oración del Huerto", "Jesús de Medinaceli" y "Santísimo Cristo del Perdón" con sus respectivos tercios penitentes.
El Miércoles Santo el Vía Crucis sale desde la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. del Carmen con la imagen del Santísimo Cristo del Mar Menor desfilando por las calles de la pedanía de Lo Pagán. Parte de este recorrido se hace paralelo a la laguna marmenoreña, pudiendo percibir el sonido de las olas rompiendo en la orilla, desprendiendo ese olor a sal y sintiendo la brisa en la noche tranquila y serena, muy diferente a los días de verano donde en este mismo lugar, los bañistas disfrutan del sol y los niños juegan en la arena. Esta sensación sólo se puede sentir aquí y en ese momento.
La procesión del Jueves Santo es la del Encuentro de Jesús con su madre en la Calle de la Amargura. Participan cuatro pasos, la Piadosa Mujer Verónica, Ntro. Padre Jesús Nazareno, San Juan Evangelista y la Santísima Virgen de los Dolores, que desfilan desde tres salidas diferentes por calles del municipio para encontrarse en el cruce de la Avda. Emilio Castelar, Avda. de las Salinas y Cervantes.
La procesión del silencio tiene lugar el Viernes Santo , esta procesión data de 1952 de forma organizada, aunque sus orígenes se remontan a principios del siglo XVIII. Anteriormente se denominaba "Procesión de las Ánimas". Participan los siguientes "pasos": Santo Grial, Oración del Huerto, Jesús de Medinaceli, Apóstol San Pedro, Piadosa Verónica, Ntro. Padre Jesús Nazareno, Stmo. Cristo del Perdón, Stma. Virgen de la Piedad, Santa Cruz Desnuda, Sto. Sepulcro, San Juan Evangelista y la Stma. Virgen de la Soledad.
Son muchos los sentimientos que se perciben al asistir a estos desfiles, manifestado en el esfuerzo del costalero, el llanto de la promesa, el canto triste de la saeta, el sudor del penitente, los destellos de las luces en la noche, el olor tan agradable que despiden las flores que con esmero y tesón, decoran los tronos a los que van todas las miradas a la vez que se emiten rezos y promesas interiores, el juego de colores uniformes de túnicas, capas, fajines y capuces que divisamos al llegar acompañando al trono, el sonido de los ecos del tambor y la corneta en el silencio de la noche, el gesto del penitente que te ofrece un caramelo oculto tras su capuz al que sólo se le pueden ver sus ojos y continúa con su caminar firme y sincronizado para no perder el paso...
Llega la mañana primaveral del Domingo de Resurrección y multitud de espectadores esperan la procesión del Encuentro que tiene lugar a la travesía de la nacional frente a la Plaza del Ayuntamiento. Por un lado se respira un ambiente de alegría donde ya se puede observar los rostros de los penitentes que se desprenden de sus capuces y sin ningún reparo, reparten miles de caramelos para endulzar los paladares de los asistentes a la misma vez que van quitándose peso y recobran la figura, y por otro lado, la triste madre que aún llora la muerte de su hijo en la cruz.
El momento más intenso es cuando se encuentra el Jesús Resucitado y la Virgen de los Dolores. Es en este mismo instante que la madre, al ver a su hijo vivo, se desprende del manto de luto que cubría otro de vivo color azul con bordados en blanco y, entre clamor popular, nos quedamos casi sordos al oír un sin fin de aplausos, replique de campanas y estruendos de cohetes a la vez que vemos palomas blancas sobrevolar el cielo.
San Pedro del Pinatar (Murcia)
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